Sus vecinos recelan de su postura y dicen que lo único que quiere es ‘dar el salto a la fama’.
Mark Pollo (Sydney,
AUSTRALIA).- En el zoológico de
Sydney todos lo conocen como Tomás ‘el Canguro’. Todos le quieren mucho y por
eso todos están muy preocupados por él.
Tomás es un canguro de tres
años que desde el pasado martes se opone a injerir ningún tipo de alimento,
sólo bebe agua cuatro veces al día, como también se ha negado a ‘hacer el
numerito’, como él dice, delante de
los visitantes. ‘Ni siquiera ante los niños’, apostilla.
Tomás ‘el Canguro’ se
encuentra en huelga de hambre desde el pasado 26 de septiembre hasta que el
COI, el Comité Olímpico Internacional, se pronuncie de una vez por todas a
favor de su petición: participar en la prueba de salto de longitud en las
próximas Olimpiadas, a celebrarse en Londres el próximo año.
‘Yo acepto participar con
condicionantes, es decir, adaptándome a un reglamente especial. Por ejemplo, si
quieren que salte, como se dice popularmente, a pie parado, pues salto así, por
mí no hay problema’, dice Tomás.
(N.d.R.: ‘A pie parado’ lo traduciríamos a un lenguaje más técnico por ‘sin
carrerilla’).
Tomás ‘el Canguro’ sale a entrenar por la playa martes y jueves, que es cuando libra del zoo. |
Tomás considera que se está
haciendo un agravio comparativo con él, y nos pone el ejemplo del surafricano
Oscar Pistorius, quien sí puede participar en las Olimpiadas. ‘Pistorius es
un ser humano artificial, mitad hombre mitad fibra de carbono. Y yo, Tomás ‘el
Canguro’, que soy cien por cien natural, no puedo participar… ¡Que alguien me
lo explique, por favor!’, concluye a
punto de perder los nervios.
¿Por qué él sí y yo no? El protagonista de esta noticia tan sólo quiere recibir el mismo trato que Oscar Pistorius. |
Algunos de sus compañeros
del zoológico no acaban de creerse lo de su huelga de hambre, y algún búho dice
haberlo visto incluso comer algo por las noches. ‘Tomás en realidad lo que
quiere es hacerse famoso, él no quiere Olimpiadas, sólo pretende salir por la
televisión y nada más. Lo único que quiere es dar el gran salto al estrellato,
que de eso Tomás sabe un rato’, nos
dice Josefina ‘la Hiena’.
Su fuerza de voluntad es
enorme y él está convencido de que llegará hasta las últimas consecuencias.
Tomás ‘el Canguro’ dice que no piensa probar bocado, y aunque sus cuidadores lo
tientan con exquisiteces para que se derrumbe y desista, él asegura que su
fuerza mental es infranqueable. ‘Me vienen con Bollicaos, jamón de Guijuelo,
fresas con nata, etc., pero lo que ellos no saben es que yo soy mucho más duro
de lo que imaginan, y que soy capaz de hacer cualquier cosa por estar en
Londres el año que viene’, concluye
orgulloso y muy convencido de sí mismo Tomás ‘el Canguro’.
Las primeras que avisaron a las autoridades del zoo de Sydney de la postura de Tomás ‘el Canguro’ fueron las cotorras. |
Visto que en el COI las cosas funcionan de
aquella manera, por emplear un eufemismo, ¿qué les costará hacer la vista gorda
una vez más y permitir a Tomás ‘el Canguro’ participar en los XXX Juegos Olímpicos
de la historia? Desde Sports Illustrated
consideramos que tan señalada edición merece, cuando menos, algunas novedades y
sorpresas.